Al acierto del Gobierno Andaluz de legislar sobre la “dignidad ante el proceso de la muerte” como un derecho de los pacientes pero también con deberes y garantias jurídicas para los medicos hay que sumar otro acierto, no de menor calado: la forma de plantear el debate prévio, el ¿cómo? y el ¿quién? en un asunto que tiene tantas componentes éticas, religiosas, sociales y políticas.
Un cura y un médico ( miembros del Comite de ética e investigación de la Consejería de Salud) son los encargados de elaborar el documento base de la futura ley y parecen que están de acuerdo en lo más importante, al menos eso afirma el cura Francisco Arcos, hoy en una entrevista en el País: ” lo más humano de lo humano y lo más cristiano de lo cristiano es evitar que alguien se muera como un perro” dice el párroco.
!Buen comienzo que augura un buen final!: el derecho de las personas a morir con dignidad, en cualquier centro hospitalario, sin necesidad de espectáculos mediaticos y sin presiones morales o religiosas de nadie.
No más exhibiciones públicas de sufrimientos como el caso de Inmaculada Echevarria, Sampedro y tantos otros, una sociedad ética y honesta no puede ni debe permitirlo.
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